Para muchos padres los momentos de alimentación se vuelven estresantes y hasta se pueden convertir en una guerra continua si sus hijos no quieren comer.
Son varios los motivos por los cuales los niños no comen, y, dependiendo de la edad, lo expresan con rabietas, llantos y gritos, generando un clima poco agradable en el hogar.
Causas por las que los niños no quieren comer:
- Si están enfermos.
- Miedo a la alimentación. Ocurre por alguna situación traumática asociada a la alimentación.
- Tamaño de las raciones. Como padres creemos que comen poco, cuando en realidad comen la cantidad adecuada para su edad.
- No les gusta lo que están comiendo. Ocurre por sensibilidad a olores, sabores, colores y texturas de los alimentos.
- Quieren hacer otra cosa. Ocurre si están jugando, viendo la tele o si están alterados.
Qué hacer cuando los niños no quieren comer?
- Crear el habito respetando los horarios de las comidas.
- Los niños deben comer siempre en el mismo sitio, deben tener una silla adecuada a su edad.
- Proporcionarles una alimentación variada desde temprana edad, introduciendo poco a poco alimentos diferentes para que el paladar se acostumbre a sabores y texturas.
- Tener paciencia y no alterarse si no quieren comer. No obligarlos. Si dejan muchos alimentos en el plato y se rehúsan a seguir comiendo, retirarles el plato y ofrecerselo de nuevo en la cena tal como lo dejó.
- Evitar elementos distractores como la tele o juguetes a la hora de comer.
- Hacer atractivos los platos variando las formas de los alimentos.
- No utilizar los alimentos como premios o castigos; no son una herramienta para disuadir.
La hora de la comida es un momento apropiado para la socialización, el diálogo y la relación afectiva con nuestros hijos. Un ambiente adecuado a la hora de comer evita que el niño se altere y que los padres se estresen, creando así un clima armónico para poder estimular al niño a valerse por sí mismo durante la comida, a que se interese y tenga apetencia por la misma.
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